Latinos in Roofing
Techador latino documentado detenido por ICE en la frontera de los Estados Unidos
Lo que le sucedió a un amigo techador reveló cuán frágil puede ser la justicia, y por qué importa más que nunca en nuestra industria.

Recientemente, un amigo contratista de techado, a quien llamaremos 'Pedro' para proteger su privacidad, tuvo una experiencia en la frontera de Estados Unidos que realmente me decepcionó.
Pedro es un contratista de techado muy trabajador, un orgulloso ciudadano estadounidense y alguien que ha construido su negocio desde cero. Hace unas semanas, dos de sus empleados se perdieron accidentalmente en la I-96 que atraviesa el centro de Detroit, y terminaron en el Puente Ambassador, dirigiéndose a Canadá.
Cualquiera que esté familiarizado con esa ruta sabe que, una vez que estás en ella, no hay vuelta atrás ni forma de dar la vuelta. Desafortunadamente, ambos trabajadores habían excedido el tiempo de permanencia de sus visas estadounidenses. Esto no es bueno, pero es importante señalar que no cruzaron la frontera ilegalmente. Vinieron aquí de la manera correcta, a través de canales legales, y simplemente incumplieron con un complejo sistema de inmigración.
Fueron arrestados en la frontera y puestos bajo custodia.
Pedro hizo lo que cualquier dueño de negocio responsable haría: fue a ver cómo estaban sus muchachos y a recuperar su camión de la empresa. Pero cuando llegó, la situación dio un giro impactante.
A pesar de mostrar su identificación y la documentación que probaba que él era el dueño del vehículo, ¡los oficiales de ICE lo detuvieron a él también! Lo metieron en una celda de detención con cerca de 30 personas más y le confiscaron su teléfono celular. Esto lo dejó sin forma de llamar a nadie ni siquiera de avisarle a su familia dónde estaba. Dos horas después, lo liberaron y le dijeron que regresara con documentación notariada.
Cuando Pedro regresó con todo lo que pidieron en orden, ¡lo arrestaron de nuevo! Esta vez, lo acusaron de intentar suplantar su propia identidad.
Dejen que eso cale. Un ciudadano estadounidense, con identificación adecuada, fue tratado como si no perteneciera. Todo por su aspecto, su forma de hablar o lo que hacía para ganarse la vida. Él habla inglés perfecto y también español, por lo que la comunicación no fue el problema.
No puedo evitar pensar: si yo hubiera sido quien fuera a recoger ese camión, ¿me habrían preguntado si hablaba inglés? ¿Me habrían metido en una celda de detención dos veces?
Lo dudo.
Es un recordatorio aleccionador de que, incluso en 2025, el prejuicio y los sistemas defectuosos pueden chocar de maneras que hacen que la gente buena se sienta impotente. Y es inaceptable.
En nuestra industria, la comunidad latina constituye un gran porcentaje de la fuerza laboral de techado. Los trabajos no se harían sin su tenacidad y mano de obra. Son la columna vertebral de muchísimas empresas, familias y proyectos en todo el país. ¡Historias como la de Pedro no deberían suceder! Ni en nuestros lugares de trabajo, ni en nuestras fronteras, ni en una nación que se supone está construida sobre la oportunidad.
Trent Cotney, de Adams & Resse, y yo hablaremos más sobre esto en futuras conversaciones, no solo sobre lo que sucedió, sino sobre lo que los contratistas pueden hacer para protegerse a sí mismos, a sus negocios y a su gente en momentos como este.
Porque toda persona merece ser tratada con justicia y humanidad, sin importar la circunstancia. ¿Cómo está entrenando a su gente para manejar situaciones como esta? Me encantaría saber su opinión.
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